Militar aprehendido por el asesinato del coronel Soliz escondía dinero y armamento en su vivienda


El suboficial Bismar G. I., miembro de las Fuerzas Armadas, fue aprehendido este martes en el marco de la investigación por el asesinato del coronel Juan Javier Soliz Cáceres, comandante del Regimiento Manchego – Satinadores de la Selva, en la ciudad de Montero. 

Durante un allanamiento a su habitación, las autoridades hallaron una suma considerable de dinero oculta dentro de su colchón, además de armamento no autorizado, lo que refuerza la hipótesis del móvil económico detrás del crimen.

El viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, confirmó que el aprehendido —quien ejercía funciones de cajero del regimiento— guardaba el dinero que debía estar en las cajas fuertes de la unidad militar. “Evidentemente, se ha encontrado una suma de dinero en su colchón, la cual debería haber estado en una de las dos cajas fuertes que tenía el regimiento”, precisó la autoridad.

El asesinato ocurrió la noche del viernes pasado, cuando el coronel Soliz fue baleado en la cabeza mientras se dirigía a su domicilio. La autopsia confirmó que fue impactado por un proyectil de calibre 9 milímetros. Las pruebas balísticas buscan determinar si el arma utilizada pertenece al suboficial investigado o si hay un tercer implicado.

De acuerdo con Aguilera, la discusión por fondos no rendidos tras el pago de la Renta Dignidad podría haber sido el detonante del conflicto. Aunque el militar aprehendido no sería el autor material del disparo, su comportamiento sospechoso y la presencia de armamento en su habitación motivaron su aprehensión por presunto encubrimiento y almacenamiento ilegal de armas, según informó el fiscal general del Estado, Róger Mariaca.

Las investigaciones continúan con apoyo del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), que realiza análisis científicos, incluidas pruebas de absorción atómica. Además, se analiza una supuesta carta anónima lanzada por un dron, cuyo contenido ha sido calificado por el viceministro como un posible distractor.

Según la autopsia, el impacto fue producido por un proyectil de calibre 9 milímetros. Las pruebas balísticas y de absorción atómica, a cargo del IDIF, buscan determinar si el arma usada pertenecía al suboficial o si hay un tercer implicado.

En sus declaraciones, Aguilera detalló que el sospechoso intentó justificar un posible resultado positivo en el análisis de residuos de pólvora:

“Segundo, el tipo dice que el estudio de asociación va a salir positivo porque él mató una nutria en el camino a Santa Rosa. Aspecto que es desmentido por los oficiales que lo acompañaban”, señaló.

Por ahora, no se descarta la participación de más uniformados, y se espera que en las próximas horas las autoridades ofrezcan un informe detallado con los avances del caso.

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