Hay momentos que ponen a prueba a todos. Incluso a Xabi Alonso. Después de un inicio ilusionante, al técnico tolosarra le ha llegado su primera minicrisis al frente del Real Madrid. Un bache inesperado que coincide con un calendario envenenado: una gira de cuatro salidas exigentes (Elche, Olympiacos, Girona y Athletic) que forman un tramo delicado, casi quirúrgico, para mantener el liderato y apagar el runrún que ha sobrevolado el vestuario en los últimos días.
En el Madrid, cuando hay cositas que no funcionan en el campo, la gente intenta decir muchas cosas
La situación se complica entre jugadores tocados, otros que apenas están teniendo protagonismo (Endrick, Gonzalo, Fran García, Brahim, Rodrygo, Ceballos…) y un ambiente que necesita recomponerse. Porque, pese a que el equipo sigue arriba, algunos futbolistas importantes parecen desconectados y la sensación general es que el Madrid ha perdido algo de brillo tras el subidón del Clásico.
Un cóctel explosivo… con el vestuario en vilo
Ahora arranca un bloque largo de casi 40 días hasta el último partido contra el Sevilla en el Bernabéu. Cuarenta días en los que Xabi deberá gestionar un entorno ruidoso, con rumores de mal ambiente y supuestos roces con pesos pesados del vestuario que vuelan por redes sociales y han creado un clima raro, un cóctel explosivo que exige la precisión del mejor artificiero para evitar que estalle. Una gestión que definirá no solo el rumbo inmediato del equipo, sino también la personalidad del entrenador en un club que exige convivir con la excelencia en medio del ruido.
¿Xabi Alonso ha perdido al vestuario del Real Madrid?
La realidad deportiva tampoco ayuda. El pequeño bache de resultados ha emborronado la trayectoria reciente del equipo, o al menos ha reducido la euforia posterior al Clásico. Mbappé, tras su doblete con Francia, lo resumió con sinceridad al ser preguntado por la situación blanca: “¿Qué quieres que te diga? No tengo nada que decir. En el Real Madrid, cuando no ganas partidos, la gente habla mucho, demasiado”. Para el ’10’, el relato público no coincide con lo que se vive por dentro: “Sabemos que no hemos ganado dos partidos y que jugamos mal, pero después del parón vamos a volver para ganar al Elche. Somos primeros en Liga y estamos en el Top8 en Champions. No es perfecto, seguro”.
Un decisión que definirá su camino en el Madrid
Mbappé insiste en lo esencial, la unión. “En el Madrid, cuando hay cositas que no funcionan en el campo, la gente intenta decir muchas cosas. Pero estamos unidos y vamos todos juntos para ganar todos los títulos este año”. Sus palabras sorprenden por contraste: en los últimos años, el vestuario había sido un ejemplo de armonía. Un búnker de felicidad en el que no salía prácticamente nada. Carlo Ancelotti lo definió incluso como “el más sano” que había entrenado, un ambiente ideal para que los jóvenes encajaran gracias al bajo nivel de ego entre los veteranos.
¿Qué quieres que te diga? No tengo nada que decir. En el Real Madrid, cuando no ganas partidos, la gente habla mucho, demasiado
Ahora, ese equilibrio se pone a prueba. Y es Xabi Alonso quien debe demostrar que también domina el complicado arte de gestionar tempestades. Es su momento. El primero grande. Y quizá el que más definirá su camino en el Real Madrid. No es una crisis profunda, pero sí un aviso. Un toque de atención. Y ahí es donde aparece la figura de Xabi Alonso, obligado a ejercer de gestor, de psicólogo, de estratega y de líder. De todo a la vez. Algo que ya sabía que iba a tener que manejar una vez firmó por el club blanco.