Rodrygo y sus horas más oscuras

Si se hace caso a la máxima que dice que “dato mara relato”, el discurso de Xabi Alonso después del partido ante Osasuna en el Bernabéu tiene pocas agarraderas. “No ocurre nada. El Mundial de Clubes fue un contexto diferente, lo podemos dejar atrás. Lo que cuenta es esta temporada y cuento con él. Es solo un partido, no hay que hacer una lectura demasiado a futuro. Hoy ha sido por decisiones mías de partido. Si dentro de tres meses sigue así será otra cosa” , aseguró el entrenador del Madrid al ser cuestionado por Rodrygo.

Eso es lo que sostiene el relato de Xabi. El dato, sin embargo, apunta en otra dirección. De los siete partidos oficiales que ha disputado el Madrid con su nuevo entrenador, Rodrygo solo ha salido de inicio en uno, ante el Al-Hilal. En cuatro no ha jugado ni un minuto, como sucedió frente a Osasuna. En total, el paulista ha participado 93 de los 630 minutos posibles (un 14,7%). En el amistoso de Innsbruck, con luz y taquígrafos, disputó la media hora final y marcó un gol que no celebró. Y en el ensayo a puerta cerrada contra el Leganés tampoco formó parte del once inicial.

El primer partido de Liga para el Madrid dejó un panorama desolador para Rodrygo. Como era de esperar, no estuvo en el once inicial. Pero tampoco recurrió a él Xabi durante el encuentro. Al igual que Alaba y Fran, fue uno de los que recibió la orden de dejar de calentar y volver al banquillo para ver desde allí el desenlace.

El 11 blanco vio a Brahim ocupar su sitio en el tridente que la temporada pasada integraba junto a Vinicius y Mbappé. Más tarde presenció la entrada de Mastantuono por Brahim y de Gonzalo por Vinicius. Rodrygo se quedó sin minutos, convertido en el sexto delantero, el único de la línea ofensiva que no participó. Y todo ello, pese a la ausencia de un fijo como Bellingham.

Con ese panorama y el mensaje de Xabi, el partido del domingo en el Tartiere puede aportar muchas pistas sobre lo que le espera a Rodrygo, al menos en este arranque de temporada. Lo que está claro es que el brasileño tiene por delante una tarea ingente si quiere cambiar la idea que su entrenador parece tener de él. Si ante el Oviedo su papel en el ideario de Xabi no varía, entrará en la última semana de mercado en una situación muy delicada.

Porque esta no es una temporada cualquiera. Es una campaña que desemboca en el Mundial, una obsesión para los futbolistas brasileños. Rodrygo está en los planes de Ancelotti, pero sabe que necesita jugar, recuperar sensaciones. Y, sobre todo, marcar goles. La competencia en la selección es feroz. Por eso deberá tomar una decisión crucial. Si opta por quedarse en el Madrid, tendrá que ser capaz de darle un giro de 180 grados a su situación y volver a ser el jugador que no se ve en el club blanco desde enero pasado. 

Para encontrar el último gol de Rodrygo en un partido oficial hay que retroceder al 4 de marzo. Fue suyo el tanto que abrió la eliminatoria de octavos de la Champions. Desde entonces, nada. Ni en juego, ni en goles, ni en sensaciones. El punto más bajo llegó en la final de Copa: tras una primera parte calamitosa, se quedó en la caseta en el descanso para dejar su sitio a Mbappé. Desde entonces vive atrapado en una oscuridad de la que no consigue salir

Si la decisión de Rodrygo es salir del Madrid, el escenario no resulta menos complejo. El mercado entra en su tramo final y el club blanco no puede malvender a un futbolista de su nivel, cuyo valor en la Premier difícilmente bajaría de los 100 millones. El Bayern, que buscaba un extremo, centró sus esfuerzos en Luis Díaz. Y desde el City, club al que se vincula con el futuro de Rodrygo desde hace un par de años, no llegan señales de movimiento.

Las últimas horas de mercado, que se cierra el lunes 1 de septiembre, suelen traer operaciones de calado en forma de traspasos o cesiones. El domingo, cuando termine el partido en el Tartiere, Rodrygo dispondrá de más información relevante. Y siempre, con el Mundial en el horizonte. Se lo está jugando.