Después de 15 días de angustia e incertidumbre, los cuerpos sin vida de Sandra Cecilia Vergara Antelo y el policía David Óscar Chávez Barrientos, fueron hallados enterrados a orillas del río Piraí, por la zona de la ciudad.
El hallazgo movilizó a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), a peritos del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) y al fiscal departamental Alberto Zeballos. La recuperación de los cuerpos fue dramática, mientras los familiares, entre llantos y desesperación, se resistían a aceptar la trágica realidad. Finalmente, los restos fueron trasladados a la morgue del hospital de la Pampa de la Isla para la autopsia de ley, que se realizaba hasta esta madrugada.
Investigación y detenciones
Las pesquisas, dirigidas por la fiscal Rose María Barrientos, especialista en delitos contra la vida, revelaron que ambos fueron asesinados a tiros en una vivienda de la urbanización La Chonta, en la zona norte de Santa Cruz. El principal sospechoso es Jesús Miguel Camargo Montaño, señalado como autor material e intelectual del crimen.
Hasta el momento, dos personas han sido detenidas preventivamente en la cárcel de Palmasola: Ivar Augusto Zegarra Farell y la ciudadana brasileña Marcia María Daconcecao, ambos acusados de complicidad en el asesinato y feminicidio. Zegarra es amigo de Camargo, mientras que Daconcecao es su pareja y madre de su hija.
El crimen
Según la Felcc, Sandra Cecilia Vergara trabajaba en la casa de Camargo como empleada doméstica. El 25 de febrero desapareció sin dejar rastro, el mismo día en que fue asesinada junto al policía Chávez.
Los detenidos relataron que Camargo alegó haber disparado contra Vergara porque ella lo amenazó de muerte. Posteriormente, llamó a Chávez para que acudiera a su vivienda. Al llegar y descubrir el cuerpo de la mujer, el policía intentó detenerlo, pero fue asesinado a balazos.
Las investigaciones también revelaron que Camargo Montaño podría haber cometido el crimen bajo los efectos de sustancias controladas. Un dealer de su entorno, recientemente capturado por la Felcc, habría sido el encargado de retirar las cámaras de seguridad, para eliminar evidencia.
En la vivienda del prófugo se hallaron casquillos de bala y prendas de vestir de las víctimas, pese a que el lugar fue sometido a una limpieza con químicos. Además, las autoridades identificaron la participación de los detenidos en el traslado y entierro de los cuerpos en el río Piraí.
Las autopsias concluyeron esta madrugada, mientras la Felcc y la Fiscalía preparan informes detallados sobre el caso. Entretanto, la búsqueda de Jesús Miguel Camargo Montaño continúa, en medio de sospechas sobre sus vínculos con el narcotráfico
La angustia de la hija
La hija de 18 años de Sandra Cecilia Vergara en su cuenta le escribió un mensaje a su madre:
“Yo siempre dije: ‘yo me muero si le pasa algo a mi mamá’. De verdad no sabría qué hacer sin mi mamá, pero nunca supe cuánta razón tenía… Me siento muerta en vida, mis días no tienen principio ni final; no espero la noche, porque no hay hora en la que pueda descansar; siento que hay tanto que podría hacer, pero mi cerebro no está funcionando. Quiero correr, pero las piernas no me responden y aunque lo hicieran, no hay nada que humanamente pueda hacer; los días pasan como si nada y solo Dios sabe qué está pasando.
Sé que todos hemos escuchado: ‘valoren a sus madres’, yo creía hacerlo. Siempre que me lo decían; yo pensaba que estaba haciendo las cosas bien y que valoraba a mi mamá; pero ahora me doy cuenta que no fue así.
Solo quisiera una oportunidad más, demostrarle, de aquí en adelante, cuánto la amo porque ni yo sabía lo mucho que lo hacía. Solo quiero tenerla conmigo de nuevo y que ella se sienta la persona más amada y especial del mundo, porque ella es eso y más para mí.
Intento tener esperanza en Dios, y aunque por ratos lo consigo, el 90% del tiempo no puedo evitar pensar en qué voy a hacer, si no la vuelvo a ver. No puedo evitar deshacerme por el miedo de que le estén haciendo daño, o de que simplemente ya no esté en este plano terrenal y, sinceramente, no sé cuál de los dos me destroza más.
Mami, si Dios lo permite y llegas a leer esto, quiero pedirte perdón por las veces que lastimé tu corazón con comportamientos; perdón por las veces que creíste ser menos importante que otros, por mis acciones. Perdón por las veces que te enojaste conmigo y por orgullo, yo me enojé más.
Siempre me dijiste: ‘Honra a tu padre y a tu madre, la biblia no dice si es buena, si es mala, dice honra’. Y tenías mucha razón, lástima tener que aprender de esta manera; pero si Dios me lo permite, te voy a honrar hasta mi ultimo aliento.
Te amo con todas mis fuerzas y con cada parte de mi ser, espero tenerte conmigo de nuevo y nunca más soltarte… sé que no puedo cambiar la voluntad del Señor y que aunque no lo entienda, Él tiene el control y nunca lo pierde”.