El coraje, la determinación y la pasión por transformar la educación han convertido a tres rectoras latinoamericanas en verdaderas arquitectas del cambio. Su liderazgo no solo ha derribado barreras históricas, sino que también ha inspirado a nuevas generaciones a soñar en grande y a creer que una educación superior equitativa es posible. Detrás de cada una de ellas hay una historia de lucha, desafíos superados y una convicción inquebrantable de que la igualdad no es una utopía, sino un derecho.
Verónica Ágreda, rectora de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz) en Bolivia; Rosario Duarte Galeas, rectora de la Universidad Metropolitana de Honduras; y María Augusta Hermida, rectora de la Universidad de Cuenca en Ecuador, han convertido su liderazgo en un puente hacia un futuro más justo.
Como miembros de la Red de Rectores y Rectoras por la Sostenibilidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), su labor no solo abre puertas, sino que también construye caminos para que la equidad deje de ser un anhelo y se convierta en una realidad palpable.
Verónica Ágreda: innovación con equidad y diversidad
Verónica Ágreda, primera mujer en asumir el rectorado de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz) en Bolivia, lidera la institución desde hace una década. Su gestión se ha centrado en la innovación educativa y en la creación de espacios equitativos.
“La universidad ha entendido que para poder impulsar la equidad de género se tenía que enseñar con el ejemplo”, enfatiza la académica y desafía a las mujeres a seguir “apostando por su crecimiento, formación y liderazgo; no debemos permitir que las barreras impuestas por la sociedad limiten nuestro potencial. La educación es nuestra mayor herramienta para transformar nuestra realidad y construir un futuro más justo e igualitario”.
Además de su rol en Unifranz, Ágreda es CEO del Instituto Mujer & Empresa (IME), brazo estratégico de la universidad dedicado a empoderar a mujeres empresarias y emprendedoras, brindándoles habilidades para mejorar sus negocios. Miles de mujeres ya se han beneficiado de estas iniciativas.
“Nadie puede ser lo que no ve. Necesitamos generar role models (modelos a seguir), necesitamos ejemplos de organizaciones que han vivido esta transformación para que otras empresas educativas se sumen al cambio”, destaca la CEO respecto a la importancia de que las nuevas generaciones cuenten con modelos a seguir.
Para Ágreda, la educación es la clave para transformar realidades y construir un mundo más inclusivo. Convencida de su poder transformador, enfatiza que “la educación es el mejor espacio y la mejor herramienta para generar entornos mucho más diversos y equitativos”, donde todas las personas tengan las mismas oportunidades de crecer y alcanzar sus metas.
María Augusta Hermida: rompiendo barreras centenarias
En Ecuador, María Augusta Hermida hizo historia al convertirse en 2021 en la primera mujer rectora de la Universidad de Cuenca en sus 153 años de existencia. Su liderazgo fue clave para romper barreras culturales y sociales, promoviendo la igualdad de oportunidades dentro de la institución.
Hermida ha implementado un Plan de Transversalización del Enfoque de Género, que incluye acciones de capacitación y la incorporación de esta perspectiva en los planes de estudio. También reformuló un protocolo para prevenir y actuar en casos de acoso, discriminación y violencia de género, y estableció un plan institucional de igualdad de oportunidades.
Comprometida con la lucha histórica de las mujeres por sus derechos, Hermida cree firmemente en la posibilidad de construir un mundo nuevo y equitativo. “Un nuevo mundo es posible y será una realidad si, desde las universidades de Latinoamérica levantamos nuestra voz, proponemos soluciones y trabajamos colaborativamente”.
Rosario Duarte: perseverancia en la educación hondureña
Rosario Duarte, primera mujer en asumir el rectorado de la Universidad Metropolitana de Honduras en 2015, considera su posición como “un honor y un gran compromiso”. A pesar de los desafíos en un entorno tradicionalmente dominado por hombres, Duarte ha demostrado que con perseverancia y preparación es posible superar obstáculos.
Su compromiso con la equidad de género se refleja en la firma de un acuerdo con la Unesco para trabajar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), garantizando una educación de calidad que promueva la igualdad de género.
Duarte subraya la importancia de reafirmar constantemente el talento y la preparación, no solo como un medio de crecimiento personal, sino como un camino para abrir más espacios de igualdad. “Es fundamental demostrar constantemente la valía y capacidad, mientras se trabaja para fomentar un ambiente más inclusivo y equitativo para todos”, destaca, convencida de que el liderazgo debe ir acompañado de acciones que impulsen el cambio.
En este Día de la Mujer, la académica anima a las jóvenes a perseguir sus sueños y contribuir al desarrollo de la sociedad con liderazgo. “¡No dejen de soñar y de trabajar por sus objetivos, porque cada una de ustedes puede ser una fuerza transformadora!”.
Nuevas generaciones inspiradas por líderes femeninas
El liderazgo de estas mujeres en la educación superior ha allanado el camino para que las nuevas generaciones se atrevan a soñar en grande, explorar nuevas oportunidades y alcanzar sus metas sin límites.
En Unifranz, estudiantes como Cinthia Baina (directora internacional del Comité Permanente de Educación Médica de la Federación Latinoamericana de Sociedades Científicas de Estudiantes de Medicina), Noelia Morato (estudiante de Ingeniería de Sistemas que desarrolló Animtech, un proyecto para cuidar la salud de los animales), Laura Candia (líder un club de historia) y Grecia Bello (master maker y coordinadora del Fab Lab Santa Cruz) destacan en diversos campos, desde la educación médica hasta la innovación tecnológica. Sus logros reflejan el impacto positivo de contar con líderes femeninas en posiciones de autoridad.
El 8M es una fecha reconocida por la ONU para conmemorar la lucha de las mujeres por la igualdad de derechos, la justicia y la eliminación de la discriminación de género. Esta conmemoración tiene sus raíces en los movimientos obreros de finales del siglo XIX y principios del XX, cuando mujeres de diferentes países comenzaron a organizarse para exigir mejores condiciones laborales, el derecho al voto y la igualdad de oportunidades.
Actualmente, el 8M no solo es una jornada de celebración de los avances logrados, sino también un recordatorio de los desafíos pendientes en la lucha por la equidad de género, incluyendo la violencia contra las mujeres, la brecha salarial y la falta de acceso a oportunidades en diversas áreas.
Al conmemorar esta fecha, se reconoce la importancia de continuar trabajando por un mundo igualitario. Las historias de Verónica Ágreda, María Augusta Hermida y Rosario Duarte son testimonio de que la educación y el liderazgo femenino son fundamentales para alcanzar la equidad de género en la sociedad.