Urko González de Zárate fue el futbolista elegido por Imanol Alguacil para sustituir a Martín Zubimendi, que fue finalmente baja contra el Dinamo de Kiev por el golpe que ya había obligado a su sustitución el domingo pasado en Leganés, y el vitoriano se pudo quitar por fin los complejos que estaba teniendo y, después de unos cuantos intentos fallidos, sacó a relucir por fin su gran calidad. Su sobresaliente actuación y la enorme ovación de la afición le tienen que liberar.
Urko apareció en la Real el verano de 2020, cuando tuvo una gran actuación en un amistoso contra el Deportivo Alavés, el club del que fue fichado en edad cadete, cuando empezaba a mostrar ya que podía ser un gran futbolista. Esa maniobra la había realizado la entidad guipuzcoana unos años antes con Ander Guevara, al que se dejó en su día volver a casa, precisamente para hacer hueco a otro alavés.
El imponente centrocampista, mide 1,90, causó sensación por su colocación, visión de juego y, sobre todo, facilidad para realizar pases a los futbolistas ofensivos. Las bajas en la Real hicieron que Imanol Alguacil le hiciese debutar ese mismo año, nada más y nada menos que contra el Real Madrid y en Anoeta, aunque fuese de manera testimonial al salir a falta de dos minutos, pero fue una demostración de la confianza que había puesta en él.
Central en Segunda, otra vez pivote en Primera
Urko volvió al filial de Xabi Alonso, en el que fue protagonista del ascenso a Segunda, categoría en la que disputó 35 encuentros, todos menos uno de titular, aunque lo hizo de central, ya que puede que por la espectacular irrupción que había tenido Martín Zubimendi en la posición de pivote había que reubicarle.
Puede que ello influyera o puede que no, pero el vitoriano no volvió a ser esa gran promesa que era y tanto en el curso pasado, el de su ascenso a la Real, como en el actual los partidos le pasaban por encima, lo que llevó a Imanol a dejar de alinearle durante tres meses, hasta que lo hizo en Copa contra los modestos Jove Español y UB Conquense, ante los que dejó entrever una mejoría que confirmó frente al Dinamo de Kiev con un partidazo que tiene que darle la confianza que no tenía.
