Tensión, líos y quejas. Así se resumió la locura colectiva, con poca o ninguna incidencia de inicio, del inicio de la sesión de clasificación del Gran Premio de Bélgica. Siempre existe especial vigilancia a los inicios de cronometradas, más con una pista como la de Spa-Francorchamps y la Q1 regaló un momento de locura que tuvo el broche del accidente… más lento que uno se puede imaginar. Más las ‘movidas’ de los tiempos rápidos.
En Spa se juntaron el hambre y las ganas de comer. Los equipos quieren sacar a sus pilotos lo más rápido posible para dar vueltas y cuando todos buscan pisar asfalto al mismo tiempo… hay problemas. Ocurrió en varios frentes, con un choque y las quejas de Fernando Alonso por salida insegura de Oliver Bearman desde su garaje como elementos principales.
El asturiano quiso asegurarse posición de inicio, pero Haas sacó al británico cuando el AMR25 pasaba. Bearman rozó el choque con el ’14’ y Alonso no se lo tomó bien, lógicamente. “Casi me estrello”, dijo por la radio. “Lo hemos visto”, confirmó el equipo. Era un mensaje al panel de comisarios.
No fue el único lío. Porque poco después, el equipo Stake Sauber firmó algo parecido a lo de Haas. Sacó a Nico Hulkenberg y no vio venir a Stroll y Carlos Sainz. Llegó a rozar a sus rivales y el equipo suizo tuvo que cambiar el alerón delantero en la propia salida del ‘pit’ al piloto alemán.
El fallo de Hamilton.
No fueron los únicos dramas. Se repitieron en los intentos más importantes de la propia sesión. Primero, Aston Martin se hundió y no pasó de las posiciones 19 y 20 de la parrilla. Después, Lewis Hamilton volvió a caer eliminado tras sufrir problemas con los límites de pista en la curva 4. Algo innecesario. “¿Estoy fuera?”, repetía por radio. Incrédulo estaba.