Seis partidos (y seis victorias) se antoja escaso margen todavía para sacar conclusiones de calado sobre el Madrid de Xabi Alonso en el plano individual. Ni sobre el rol de Vinicius ni sobre el de nadie. Sin embargo, puestos a apuntar quién va integrando la guardia de corps del técnico, los nombres de Courtois, Huijsen, Militao, Carreras, Tchouaméni y Mbappé aparecen en todas las listas. Hagan la prueba.
Pero, ¿es Fede Valverde un imprescindible para Xabi? Y, sobre todo, ¿va a serlo en el futuro? A tenor de lo visto hasta ahora, la respuesta no puede ser más que un sí rotundo dado que en cinco de seis encuentros ha completado los 90 minutos. Sin embargo, el rendimiento del uruguayo solo puede calificarse como discreto, y eso siendo generosos con un futbolista que ha hecho del vigor, el sacrificio y la polivalencia sus señas de identidad. A Valverde no se le ve disfrutar en el campo, no parece cómodo dentro del engranaje de este Madrid de Xabi que juega más junto y más corto, y en el que sin espacios sus enormes condiciones físicas quedan constreñidas, encajonadas en un rol demasiado secundario. Todo lo contrario que Tchouaméni, cuya figura se amplifica día a día.
Siendo justos además de generosos, hay que reconocer que su poco peso en el juego parece obedecer más a cuestiones de pizarra y posicionamientos en el campo que a falta de acierto del ‘8’ o a un bajón de forma. El ‘Pajarito’ hace lo que le pide su entrenador pero la sensación de que está atrapado en una jaula táctica aumenta conforme pasan los partidos.
A partir de ahora, con el regreso de Bellingham y de Camavinga, que ayer disfrutaron de sus primeros minutos del curso, las plazas en el once van a encarecerse mucho más, sobre todo en el centro del campo. Será el momento de comprobar si el técnico se inclina por utilizarle como interior derecho buscando la asociación o le coloca más en la base de la jugada, de segundo pivote. Pero resulta obvio que hasta ahora sacarle partido a todo el potencial de Valverde, que es mucho, es una de las tareas pendientes de Xabi Alonso.
