Pasos para acompañar a alguien en riesgo: escuchar, validar, no juzgar y buscar ayuda profesional


Escuchar, validar, no juzgar y buscar ayuda profesional no son solo consejos; son pasos concretos que pueden marcar la diferencia entre la desesperanza y la esperanza. Cada gesto cuenta. Cada palabra puede salvar una vida. Cuando la idea de quitarse la vida parece hacerse real, la manera en que respondemos puede ser determinante.

Y es que el silencio puede ser mortal. Muchos creen que hablar del suicidio lo provoca, pero la realidad es diferente: conversar de manera abierta y sincera puede salvar vidas. Así lo explica Verónica Tapias Nacif, psicóloga del Gabinete Unifranz, quien asegura que escuchar, validar emociones y ofrecer apoyo profesional son los primeros pasos para prevenir una tragedia.

“Cuando hablamos del suicidio, dejamos de verlo como un tema prohibido y damos la oportunidad de que quienes sufren se sientan escuchados”, dice Tapias. “El silencio genera más dolor y soledad; en cambio, una conversación sincera puede abrir la puerta para pedir ayuda y salvar una vida”.

Primeros auxilios psicológicos: un pequeño manual

No se trata de actuar con miedo ni de tener todas las respuestas. Se trata de estar allí, de ofrecer un espacio seguro para que la persona pueda expresarse sin sentirse juzgada. Escuchar con atención, preguntar cómo se siente y validar sus emociones son gestos poderosos que muestran interés genuino y acompañamiento.

“Si alguien piensa en suicidarse, lo primero es no dejarlo solo y escucharlo. Preguntar directamente cómo se siente y validar emociones ayuda bastante. No hay que juzgar ni minimizar su dolor, sino mostrar interés y apoyo. Después, lo más importante es buscar ayuda profesional”, explica Tapias.

Lo dicho puede convertirse en un protocolo de primeros auxilios para acompañar a una persona en riesgo, con cinco pasos básicos:

  1. No dejar a la persona sola: la compañía reduce la sensación de aislamiento y desesperanza, pero tampoco se debe ser invasivo.
  2. Escuchar y validar emociones: preguntar directamente cómo se siente y mostrar comprensión sin juzgar.
  3. Evitar minimizar el dolor: comentarios como “todo pasa” pueden ser contraproducentes; el apoyo emocional genuino es clave.
  4. Buscar ayuda profesional: llamar a una línea de apoyo, acompañar a un centro de salud o contactar a un psicólogo.
  5. Identificar la red de apoyo: familiares, amigos y profesionales pueden ofrecer soporte continuo.

Estos pasos forman un pequeño “manual de primeros auxilios psicológicos” que cualquier persona puede aplicar. La idea es actuar con calma, empatía y compromiso, recordando que la prevención comienza con la escucha activa.

Es fundamental no minimizar el dolor ni ofrecer soluciones rápidas que ignoren la complejidad de lo que la persona está viviendo. Cada gesto, por pequeño que parezca, puede transformar la desesperanza en un primer paso hacia la recuperación.

Mitos que necesitamos romper

A pesar de los esfuerzos de sensibilización, todavía existen creencias peligrosas que dificultan la prevención. Hablar del suicidio provoca miedo y prejuicio.

Todavía hay quienes creen que “quien lo dice, no lo hace” o que es un acto de debilidad. Tapias insiste: la mayoría de quienes piensan en suicidarse advierten de alguna manera su intención, y el suicidio es un problema de salud que necesita atención; no se trata de fuerza de voluntad.

Romper estos mitos es un paso fundamental. La información correcta y la sensibilización ayudan a que la sociedad esté más atenta y preparada para brindar apoyo cuando se necesita. En este contexto, hablar abierta y sinceramente sobre el tema deja de ser un tabú y se convierte en una herramienta de prevención.

Recursos de ayuda en Bolivia

La acción inmediata puede salvar vidas. En Bolivia existen recursos accesibles y gratuitos para quienes enfrentan momentos críticos.

La línea Familia Segura, promovida por UNICEF, ofrece apoyo psicológico a través de su teléfono gratuito 800 11 30 40, disponible para llamadas desde celulares o teléfonos fijos, y de su número de WhatsApp 77797667, solo para mensajes. Ambas opciones son de acceso sencillo y confidencial.

Asimismo, cualquier hospital o centro de salud puede brindar asistencia en situaciones de emergencia. Conocer y difundir estos recursos convierte la preocupación en acción, y la acción en esperanza.

Prevención desde la sociedad

La prevención del suicidio no es solo responsabilidad de quien lo sufre; es un compromiso de todos. Normalizar la búsqueda de ayuda y la conversación sobre salud emocional, capacitar a maestros, médicos, policías y periodistas para detectar señales de alarma, y garantizar acceso a servicios de salud mental son pasos que la sociedad puede dar colectivamente.

La prevención comienza en la acción cotidiana: con un mensaje atento, una conversación sincera y la disposición a acompañar. Los primeros auxilios psicológicos son, en esencia, una guía para no dejar a nadie solo frente a la desesperanza.

“Si aprendemos a escucharnos y cuidarnos emocionalmente, estamos dando pasos firmes para salvar vidas”, concluye Tapias.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *