Ocho días quedan para que se cierre la ventana del mercado de fichajes. Horas frenéticas en las oficinas del Sánchez-Pizjuán con varios frentes abiertos, tanto de entradas como de salidas, con la premura del tiempo que parece no afectar a Antonio Cordón. Ya avisó el pacense que la planificación se culminaría en las dos últimas semanas de agosto. Matías Almeyda, que ya sabía dónde se metía, trabaja con lo que tiene mientras aguarda refuerzos.
Pero el Sevilla no puede pensar solo en su presente más inmediato. La Copa África vuelve a aparecer en el horizonte como una amenaza importante para los planes del técnico argentino. Akor Adams, la referencia del ataque desde la pretemporada, ha entrado en la prelista de Nigeria. Aunque no aparecen en esta ocasión Kelechi Iheanacho y Chidera Ejuke, también son habituales con los Águilas Verdes. El torneo africano en invierno se disputa entre el 18 de diciembre y el 21 de enero.
Se trata de una preconvocatoria de 31 jugadores y la competencia en la delantera de Nigeria es fuerte. Akor nunca ha jugado con su selección, pero el riesgo está ahí. Con Rafa Mir cedido al Elche -ayer se estrenó ante el Atlético de Madrid-, Iheanacho estudiando ofertas y un Isaac Romero que no termina de arrancar, resulta más evidente todavía la necesidad que hay de firmar un delantero.
Al Sevilla ya le tocó lidiar con la Copa África en su momento con jugadores de la importancia de Bono y En-Nesyri, pero no se trata, ni de lejos, de la misma plantilla. Si Éric Chelle decide contar con el sevillista, dejaría muy mermado el ataque. Del Nido Carrasco, con la ayuda de un consejero, Jorge Marín, pusieron dinero de su bolsillo antes del partido ante el Athletic para ingresar en la cuenta de LaLiga el importe necesario para completar la inscripción del delantero. Es el ‘9’ de Almeyda y el Sevilla tiene que cubrirse las espaldas.