La internacionalización académica se ha convertido en una de las oportunidades más valoradas por los jóvenes universitarios que buscan ampliar sus horizontes, aprender nuevas metodologías y prepararse para un mundo laboral globalizado. Ese es el camino que decidió recorrer Daner Escobar, estudiante de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, quien actualmente vive una experiencia de intercambio en la Universidad Anáhuac Cancún (México).
Daner recuerda que su inclinación por la tecnología comenzó desde muy joven, cuando la curiosidad lo llevaba a explorar cómo esta podía dar soluciones prácticas a la vida diaria. Esa motivación fue la que lo condujo a estudiar ingeniería de sistemas, con la convicción de que cada día es una oportunidad para aprender y descubrir nuevas formas de innovación.
Sin embargo, su historia académica no se limitó al aula ni al contexto local. Consciente de que la educación se fortalece en escenarios diversos, tomó la decisión de postular al programa Internacionalízate de Unifranz, que abre las puertas a los estudiantes para formarse en prestigiosas universidades del mundo.
“Lo que me motivó a buscar una experiencia de internacionalización en México fue la oportunidad de salir de mi zona de confort y conocer un nuevo ambiente académico”, relata el estudiante.
El desafío no solo representa una mejora en sus conocimientos técnicos, sino también la posibilidad de enriquecer su formación con una visión más global, convivir con estudiantes de distintas culturas y adaptarse a un entorno completamente nuevo.
La experiencia, según explica, tiene múltiples dimensiones: “Quiero aprender diferentes formas de enseñanza, compartir con estudiantes de otros lugares y enriquecer mi formación. Espero crecer no solo en lo académico, sino también en lo personal y cultural. Quiero hacer amistades, conocer más sobre la cultura mexicana y adaptarme a un nuevo entorno”.
Internacionalízate: una puerta al mundo
El programa de movilidad estudiantil de Unifranz se diseñó con el propósito de formar ciudadanos globales. Para la universidad, la internacionalización es parte de su ADN institucional: fomenta lazos con universidades de América, Europa y Asia, y busca que sus estudiantes comprendan los desafíos locales desde una perspectiva global.
En este contexto, la experiencia de Daner se suma a la de muchos otros jóvenes que encontraron en el intercambio una oportunidad para potenciar sus capacidades. Unifranz tiene convenios con instituciones de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Corea del Sur, Estados Unidos, España, Italia, México y otros países, lo que amplía las posibilidades para quienes desean complementar su formación en el extranjero.
El proceso de postulación al programa no solo exige requisitos académicos, como un promedio mínimo de 75 puntos y el aval de docentes y directores de carrera, sino también un compromiso personal de adaptación y aprendizaje. Contar con la documentación en regla, pasaporte y la autorización familiar son pasos imprescindibles para vivir la experiencia.
Una visión que cambia el futuro profesional
La internacionalización no sólo transforma a los estudiantes que viajan al exterior, sino también a aquellos que llegan a Bolivia desde otros países. En ambos casos, el intercambio académico fortalece la formación y prepara a los jóvenes para un mercado laboral que valora las competencias interculturales y la capacidad de adaptación.
“Con la internacionalización tienes una nueva visión de tu carrera profesional. Aprendes metodologías de estudio distintas a las que tenemos en Bolivia, que pueden ayudar a la formación profesional. Además, te permite generar una red de contactos, amigos y colegas que el día de mañana podrían facilitarte una oportunidad laboral. Las mismas empresas ahora buscan profesionales de otros países”, destaca María Fernanda Ollé, coordinadora nacional de Movilidad Internacional de Unifranz.
En ese sentido, la experiencia de Daner encarna lo que Unifranz busca en sus estudiantes: jóvenes que, al formarse en otros países, regresen con un bagaje académico y cultural más amplio, capaces de enfrentar retos globales y aportar soluciones locales.
Para Daner, estudiar en México es mucho más que un semestre en el extranjero; es una etapa que marcará su vida profesional y personal. Con cada clase, cada interacción y cada experiencia cultural, refuerza su convicción de que la ingeniería de sistemas y la tecnología tienen un alcance universal, y que ser parte de un mundo globalizado exige apertura y resiliencia.
La historia de este estudiante refleja el valor de las oportunidades que brinda la internacionalización: salir de la rutina, aprender desde perspectivas diversas y, sobre todo, construir un futuro con la mirada puesta en un mundo sin fronteras.