La transformación del trabajo ya no es un pronóstico, es una realidad que exige nuevas competencias, nuevas relaciones laborales y, sobre todo, una nueva manera de enseñar y aprender.
Luz Vanzulli, directora ejecutiva LATAM Sur de la Vicerrectoría de Educación Continua del Tecnológico de Monterrey, quien participó como speaker en el VI Foro Internacional de Innovación en Educación (FIIE 2025), organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, reflexiona sobre los desafíos de un mundo laboral en constante cambio y el papel que juega la educación en esta evolución.
“Hoy, las competencias más demandadas están vinculadas a data science y a todo lo que se deriva de ahí. Es la base de la inteligencia artificial (IA), y dominarla abre muchas puertas”, indica categóricamente la experta.
Sin embargo, no se trata solo de habilidades técnicas. El futuro del trabajo también está marcado por la capacidad de colaborar, liderar con empatía, cuidar del entorno y construir relaciones saludables en entornos laborales cada vez más diversos. “El liderazgo que necesitamos hoy es muy colaborativo, muy inclusivo. Tiene que estar orientado a la mejora del equipo como un todo”, afirma.
En esa línea, las competencias blandas dejan de ser complementarias y se vuelven fundamentales. Vanzulli señala que el desarrollo de la marca personal, la inteligencia emocional, la gestión del estrés y la búsqueda del equilibrio son habilidades tan importantes como saber programar en Python.
“Tenemos que preguntarnos cómo proteger el planeta, cómo protegernos a nosotros mismos, cómo vivir con menos estrés en una vida que no se puede pausar, pero sí equilibrar. Esa también es una responsabilidad del líder, pero debe ser compartida por todo el equipo”, asegura.
El nuevo contrato social en el trabajo
El auge de la tecnología y la inteligencia artificial ha modificado profundamente las relaciones laborales. “Hoy no solo se priorizan las competencias duras, sino también el vivir bien. A eso se le suma la inclusión, aceptar al otro como el derecho que tiene a ser. Y ese respeto, esa diversidad, es quizás lo más difícil de gestionar”, explica Vanzulli.
La IA no sustituye el trabajo humano, sino que amplía las posibilidades; permite nuevas perspectivas, estimula la reflexión interna y, lo más importante, reduce la ansiedad frente a cargas laborales excesivas.
Pero este nuevo escenario también exige una transformación profunda en la forma en que se lideran los equipos.
“El liderazgo del futuro se parece más a una mentoría. No se trata de que el equipo te necesite, sino de dejarlo empoderado. Un buen liderazgo es aquel que entrega sus conocimientos, sus buenas prácticas, y sus lecciones aprendidas”, subraya la experta. En este sentido, la figura tradicional del jefe autoritario pierde relevancia frente a líderes que escuchan, acompañan, delegan y confían.
Para Vanzulli, el futuro laboral está también estrechamente ligado al propósito. “La industria tiene que mantenerse no solo porque genera empleo, sino porque genera conocimiento, riqueza, impacto social. Pero para eso necesita incorporar talento, buenas prácticas, ambientes laborales sanos y responsables con el planeta”.
La sostenibilidad no es solo una tendencia, es una exigencia. Hoy, las nuevas generaciones eligen trabajar en lugares donde se respeta el medioambiente, donde se evita el uso de plásticos y donde la conciencia ecológica forma parte de la cultura organizacional.
Universidad y empresa: una alianza urgente
En medio de este nuevo escenario laboral, las universidades tienen un rol clave como articuladoras entre el conocimiento y el mercado.
“La vinculación entre empresa y universidad debe ser muy potente. La empresa debe ir a la universidad a buscar conocimiento, pero también la universidad tiene que ir a la industria a aprender desde el hacer”, afirma Vanzulli.
El conocimiento situado, especialmente en sectores como minería, industria 4.0, salud o alimentación, es vital y sólo se adquiere con experiencia directa en el entorno productivo.
Por eso, los modelos de formación dual cobran cada vez más fuerza. En ellos, el estudiante aprende tanto en el aula como en la industria, asegurando una transición efectiva al mercado laboral.
“Cuando el joven egresa, ya ha hecho la práctica, ya conoce el entorno. Estos programas nacieron en Alemania, pero hoy se aplican en muchas partes de América Latina con excelentes resultados. Son programas de empleabilidad inmediata”, explica.
La sostenibilidad, uno de los ejes centrales del FIIE 2025 organizado por Unifranz, también debe integrarse a esta alianza. Sin embargo, Vanzulli advierte que todavía estamos en una etapa incipiente.
“Hay conversaciones, hay acuerdos, pero falta acción. Certificarse en sostenibilidad, construir una cultura interna responsable y generar impactos visibles son pasos que todavía deben consolidarse”, puntualiza.
Al cerrar su participación en el foro, Vanzulli dejó una reflexión poderosa. “Me llevo la alegría de ver a tantos colegas en educación que buscamos lo mismo: el florecimiento humano. Hay mucho talento en América Latina, muchas ideas y mucha energía. Pero también tenemos un gran desafío: articularnos mejor con la empresa y con la política pública. Solo así podremos entregar las competencias necesarias para una sociedad más justa, más sostenible y más preparada”.
La clave, según la experta, está en mantenernos empleables permanentemente, en aprender durante toda la vida, en adaptarnos a nuevas formas de trabajo sin perder de vista el bienestar propio y colectivo. El futuro del trabajo no solo se trata de lo que sabemos hacer, sino de cómo vivimos, cómo colaboramos, y cómo cuidamos lo que nos rodea.