Del pizarrón al diseño de experiencias, la nueva misión de los docentes


“Tenemos un paciente con traumatismo craneoencefálico severo, está en código azul”, alerta un docente en medio de un aula de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo en Cochabamba. Ante la mirada sorprendida de los estudiantes, ordena: “Tenemos que atenderlo”.

En cuestión de segundos, todos se movilizan y la clase pasa de ser un simple discurso a una experiencia vívida. Tras el ejercicio, los estudiantes no solo aprendieron anatomía: desarrollaron habilidades de respuesta y comprobaron que la teoría se asimila mejor haciendo.

Ese tipo de prácticas ilustran un cambio profundo: los docentes ya no pueden ser solo transmisores de conocimiento. Su nuevo rol es el de diseñadores de experiencias educativas que conecten los contenidos curriculares con la vida real.

Un cambio de paradigma

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) señala que “el rol del docente trasciende la simple transmisión de información. En los nuevos tiempos, su papel es ser mediador, líder y diseñador de aprendizajes significativos”.

Este nuevo perfil se aleja del esquema tradicional en el que el maestro se ponía frente al pizarrón para dictar la clase mientras el alumno escribía, copiaba y memorizaba. Hoy, el reto está en crear ambientes de aprendizaje participativos, inclusivos y motivadores.

“El docente debe hacer que el estudiante aprenda desde el primer momento en que entra a la universidad. Debemos prepararlos no solo en lo académico-profesional, sino también para la vida real. Aquí tenemos una sala de simulaciones donde realizan prácticas; son esos humanos que aprenden con casos clínicos”, explica Álvaro Canchari, docente de la carrera de Medicina en Unifranz Cochabamba.

Los simuladores ayudan al maestro a diseñar esas experiencias educativas como situaciones vívidas, una propuesta que Unifranz denomina “aprender haciendo”. Pero ya no se trata únicamente de la práctica, sino también del uso de la tecnología.

La pandemia de la COVID-19 aceleró esta transformación. Según datos del Banco Mundial (2022), más del 80 % de los docentes en América Latina tuvo que improvisar estrategias digitales para sostener la educación a distancia. Ese salto abrió una pregunta central: ¿qué significa enseñar en un mundo híbrido?

El Marco de Competencias Digitales Docentes, publicado por el Ministerio de Educación de Chile en 2025, responde que los maestros deben seleccionar y crear recursos digitales, personalizar el aprendizaje y evaluar con retroalimentación en tiempo real. En otras palabras, diseñar experiencias que integren la tecnología con sentido pedagógico.

La experiencia

En España, en 2023, el Ministerio de Educación premió a 30 maestros por crear experiencias educativas que incorporaban recursos abiertos y metodologías activas. Aunque el modelo parecía lejano, en la región y en Bolivia ya se ven varias experiencias, no solo en la educación superior, sino también en los colegios.

En el país, el Ministerio de Educación subraya la importancia de que el profesorado “planifique experiencias que fortalezcan competencias para la vida y el trabajo en comunidad”, dentro del marco del Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo.

En Santa Cruz de la Sierra, un grupo de docentes ganó el reconocimiento del ministerio por su proyecto “Matemática con la comunidad”. Cuando los estudiantes vieron que la matemática servía para organizar precios y calcular ganancias, la clase cobró vida y aprender se volvió mucho más fácil.

El futuro del rol docente

El reto, coinciden los organismos internacionales, no está solo en capacitar a los maestros, sino en reconocer su centralidad en la innovación educativa. “La calidad de un sistema educativo no puede superar la calidad de sus docentes”, señala la Unesco.

De ahí que iniciativas como concursos, formación continua y el uso crítico de la inteligencia artificial en el aula se conviertan en piezas clave.

En tiempos de aulas híbridas, plataformas digitales y nuevos desafíos sociales, los docentes son mucho más que simples impartidores de conocimiento: son diseñadores de experiencias capaces de marcar el rumbo de una generación.

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