La dermatitis atópica, una afección crónica de la piel que provoca inflamación, picazón y enrojecimiento, afecta a millones de personas en todo el mundo, desde niños hasta adultos mayores. Aunque no tiene cura definitiva, su tratamiento temprano y adecuado puede aliviar los síntomas y mejorar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen.
Con este objetivo, tres estudiantes de la carrera de Bioquímica y Farmacia de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, desarrollaron “Flavoderma”, un gel innovador a base de hierbabuena con propiedades antiinflamatorias y calmantes.
“Me siento muy satisfecha porque hemos empezado desde lo más pequeño, pero hemos ido creciendo. Las evaluaciones que hemos hecho en pacientes que padecían esta enfermedad nos han dado buenos resultados, lo cual nos impulsa a seguir innovando para tratar diferentes enfermedades”, expresa Katerin Mamani, estudiante de Bioquímica y Farmacia.
Las creadoras de Flavoderma, Soledad Flores, Nayra Siñani y Katerin Mamani, explican que este gel se elabora con extracto hidroalcohólico de menta spicata —conocida popularmente como hierbabuena—, rica en flavonoides, compuestos vegetales con reconocidas propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas y regeneradoras de la piel.
Según Flores, una de las desarrolladoras, “el principal beneficio que nos aporta este gel es antiinflamatorio, ya que reduce la inflamación y ayuda a calmar el enrojecimiento en la piel afectada por dermatitis atópica”.
El desarrollo del proyecto comenzó con una exhaustiva investigación bibliográfica sobre las propiedades terapéuticas de la menta spicata, seguido por la recolección de la planta y la extracción de su principio activo.
“Mediante una extracción hidroalcohólica obtuvimos una concentración del 5% en flavonoides, que incorporamos a un gel base formulado con carbopol y glicerina, asegurando un pH adecuado para la piel”, explica Siñani.
El producto fue validado en laboratorio con pruebas de pH, densidad y estabilidad, y posteriormente evaluado en un grupo reducido de personas con dermatitis atópica, quienes mostraron mejoras visibles en sus síntomas.
El proceso no estuvo exento de retos. La limitación de tiempo —solo cinco meses—, la dificultad para recolectar suficiente materia prima y la disponibilidad reducida de personas para las pruebas fueron obstáculos que el equipo logró superar.
“No se encontraba fácilmente la planta y hubo que ajustar varias veces la formulación para lograr la textura, estabilidad y efectividad buscadas”, recuerda Flores.
La dermatitis atópica, más frecuente en la infancia, no solo genera malestar físico, sino que también puede afectar la autoestima y las relaciones sociales. Este contexto motivó a las estudiantes a crear un producto accesible y con base natural que contribuya a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
“Nuestro gel se utiliza principalmente para desinflamar y calmar la piel, y quisiéramos ampliar las pruebas para llegar a más personas”, agrega Flores.
Flavoderma es un proyecto integrador de Unifranz, que fomenta el aprendizaje basado en retos y la aplicación práctica de conocimientos científicos para resolver problemas reales. En este modelo educativo, los estudiantes trabajan en equipo, investigan, experimentan y desarrollan soluciones innovadoras que aportan a la comunidad.
Para Katerin, Soledad y Nayra, el proyecto ha sido una experiencia transformadora que combina vocación de servicio, rigor científico y creatividad. Aunque el gel se encuentra en etapa de validación inicial, las investigadoras esperan llevarlo a una producción más amplia y continuar perfeccionando su fórmula.
“No queríamos que esta idea se quede en el papel; queríamos que se convierta en un producto real con beneficios tangibles para la población”, señala Nayra Siñani, futura licenciada en Bioquímica y Farmacia de Unifranz.
Con Flavoderma, la investigación universitaria boliviana demuestra que la ciencia y la innovación local pueden generar soluciones efectivas, sostenibles y con identidad propia para problemas de salud que afectan a millones de personas.