Suma y sigue. No acaba de completar un partido redondo, juega bien sólo a ratos y todavía le quedan por resolver cuestiones trascendentales como la posición idónea de Bellingham, que a veces parece estorbarse con Güler, pero mientras afina la maquinaria el Madrid acumula victorias como si resultara fácil. La de ayer no lo fue. Al Clásico del domingo llegará líder en la Liga y formando parte del reducido grupo de cinco equipos que han logrado el pleno europeo. PSG, Bayern, Arsenal e Inter están mucho más cuajados que el cuadro de Xabi Alonso, que da la impresión de que ante el Barcelona afronta una reválida a vida o muerte, como si sumar 11 victorias en 12 partidos se diera por descontado. Pero lo cierto es que tiene mérito.
Apuntarse la undécima victoria, como decimos, no resultó fácil. Pese a saltar al Bernabéu sin haber ganado ninguno de sus últimos seis partidos, la Juventus planteó un duelo difícil, trabajado y que cuando se abrió para convertirse en un ida y vuelta sometió a la defensa blanca a un test de exigencia notable. En esos momentos de desorden que atravesaron el partido el Madrid se partió en exceso y sufrió. Asencio salió del envite con buena nota, mejor que un Militao que alternó luces y sombras. Carreras sigue acusando el golpetazo anímico del derbi, y Valverde demostró más oficio en el lateral del que él mismo piensa. Por encima de todos ellos sobresalió Courtois, del que apenas habíamos tenido noticias durante los primeros partidos, cuando los rivales apenas le llegaban. Ahora que rondan sus aposentos más a menudo, consecuencia directa de que la presión del equipo se haya relajado de manera clara, vuelve a contribuir con sus paradas salvadoras que lo mismo valen uno que tres puntos. Si en Getafe la hizo en el minuto 93 y ante un rival con dos jugadores menos, ayer salvó un mano a mano crucial ante Vlahovic al poco de comenzar la segunda parte. Que cada cual decida si es buena o mala señal que el belga vaya teniendo cada vez más protagonismo, aunque desde los cinco goles del derbi sólo ha encajado uno en cuatro partidos. Lo que es seguro es que en el Clásico el Madrid necesitará de nuevo su mejor versión.
