Marko Dimitrovic tiene una excelente relación con el Athletic. El portero serbio (33 años) no ha vestido su camiseta -el único Athletic en el que ha militado es el Charlton Athletic- pero sí tiene un pasado de vida con los leones. Durante su etapa en el Eibar, donde fue uno de los bastiones de Mendilibar, residió en una zona céntrica de Bilbao, donde tuvo de vecinos a varios jugadores del Athletic. En esa época le dio tiempo a conectar con los Williams, sobre todo con Iñaki. No hay partido en el que los dos no empiecen ni acaben en abrazo. Y no hay partido en el que Dimitrovic se empeñe en cerrar la puerta.
Makro, uno de los apodos de su etapa vasca en alusión a su envergadura, realizó dos paradas soberbias en la primera mitad a Gorosabel y Berenguer. El portero nada pudo hacer minutos después ante la segunda intentona del delantero rojblanco, que aprovechó un balón suelto tras un rechace a tiro de Iñaki Williams. Berenguer quiso abrir un camino que la historia anunciaba victoria porque el Athletic parecía ganar siempre que se adelantaba. Esta vez no fue así porque, entre otras razones, Dimitrovic lo impidió.
La grada de San Mamés lamentó el buen hacer del portero serbio y muchos de los que asistieron a La Catedral se fueron preguntando de dónde había salido Urko González de Zárate. El centrocampista alavés (24 años) hizo un muy buen partido frente al Athletic. Se formó en la Real y el curso pasado salió cedido al Espanyol, donde terminó firmando por cinco temporadas. El Athletic no valoró ficharlo transformando su primer viaje al Espanyol como un puente similar al que tuvieron Gorosabel y Robert Navarro en Alavés y Mallorca.