América Latina se prepara para marcar un antes y un después en el desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial (IA). En septiembre se prevé el lanzamiento de Latam-GPT, el primer modelo de lenguaje de gran escala, similar a Chat GPT o DeepSeek, creado de forma colaborativa por y para la región.
El proyecto, liderado por el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CENIA) de Chile, reúne a más de 30 instituciones y una docena de países. El objetivo es ofrecer una herramienta tecnológica abierta y culturalmente representativa.
“El gran valor está en que una IA entrenada con información de nuestra región entiende mejor nuestra realidad. Cuando alimentamos a un modelo con datos latinoamericanos -nuestro lenguaje, historia, cultura, problemáticas, incluso nuestras formas de expresarnos-, esa IA deja de ser una herramienta genérica y se convierte en una herramienta útil para nosotros”, explica el director de la carrera de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Marcelo Pacheco.
Indica que, por ejemplo, puede dar respuestas más acertadas en español latino, entender contextos sociales propios, sugerir soluciones más aterrizadas o apoyar iniciativas locales con conocimiento real, no traducido desde otra realidad. “Es como hablar con alguien que realmente te conoce”.
Una IA hecha en casa
Latam-GPT es un modelo de código abierto. A diferencia de los modelos globales, ha sido entrenado con datos que reflejan el contexto social, cultural y lingüístico de América Latina. Para ello diferentes instituciones y gobiernos de la región han brindado acceso a una gran cantidad de información.
En las plataformas grandes esta recolección se realiza a partir de herramientas tecnologías automatizadas (scrapeadores) que extraen la información de diferentes sitios web, tal como si un humano estuviera navegando. Sin embargo, en el caso de Latam-GPT, el proceso fue distinto, este se dio tocando de puerta en puerta.
Hasta el primer trimestre de este año, con alianzas estratégicas con países como Brasil, México, Colombia, Ecuador, Argentina, Perú, Uruguay y Costa Rica se pudo generar un corpus de datos con al menos 50 billones de parámetros para alimentar el algoritmo. La cifra, aseguran los expertos del proyecto, es similar a la del modelo de Open AI.
“Queremos que esta IA no solo entienda, sino que piense desde nuestra diversidad”, señala María José Escobar, investigadora de CENIA, durante la presentación preliminar del modelo.
Para ello no sólo contiene palabras en español o portugués, sino que ya se ha trabajado en la inclusión del idioma rapanui de la Isla de Pascua y un traductor como parte de una prueba piloto. En sus futuras versiones se piensa incorporar otras lenguas originarias como el quechua, el náhuatl u otros.
Tecnología y educación
Según los desarrolladores, el modelo servirá como base tecnológica para la creación de chatbots gubernamentales, plataformas educativas, herramientas sanitarias y servicios públicos digitales. Su carácter abierto permitirá que universidades, startups y organismos estatales lo utilicen y adapten a sus necesidades.
“La IA puede convertirse en una aliada educativa muy poderosa, si la usamos con sentido crítico. Imagine estudiantes que puedan interactuar con tutores virtuales 24/7, recibir explicaciones personalizadas o practicar habilidades con simuladores inteligentes”, explica Pacheco.
El docente de Ingeniería de Sistemas de Unifranz en Cochabamba, Sergio Valenzuela, señala que este tipo de herramientas en la formación de estudiantes tiene relevancia por la calidad de información a la que se podrá acceder. Además, indica que la IA es un campo en el que Bolivia como país debe avanzar.
Pero más allá de usarla, los docentes señalan que los futuros profesionales deben aprender a entenderla, desarrollarla y cuestionarla. No basta con que usen ChatGPT o Midjourney: lo importante es que sepan cómo funcionan, cómo pueden aplicar estos sistemas a su campo y cómo evitar sus sesgos o limitaciones.