Ya solo hay un piloto de la parrilla de la Fórmula 1 2025 con puntos en todas las citas del campeonato (carreras de domingo y sprint), Oscar Piastri. Es el líder del Mundial y entra en lo lógico, pero a la cita corta de Bélgica llegó, a su lado en esa estadística, Lewis Hamilton. Sí. El señalado en su estreno con Ferrari. Pero el ’44’, con todo y con eso, no había desaprovechado ninguna oportunidad de puntuar… hasta que llegó Spa. El que era uno de sus circuitos fetiche.
Hamilton, en acción.
Hamilton cerró la primera parte del Gran Premio de Bélgica con un triste 15º puesto tras su decepcionante caída en la SQ1 del viernes. No pudo adelantar, fue víctima de los eternos trenes de DRS y solo pudo brillar al tirar el coche ante Alex Albon en la última chicane antes de la entrada a meta.
Teníamos un componente que estuvo en Montreal, provocó el accidente de Charles [Leclerc] y causó también mis problemas
Se quedó lejos. Aunque su discurso cambió. “Estuvo bien para probar y correr con las mejoras. Teníamos un componente que estuvo en Montreal, provocó el accidente de Charles [Leclerc] y causó también mis problemas”, explicó. Su blocada trasera le causó el trompo en la clasificación del sprint, pero Hamilton justifica que existió un tema mecánico.
Algo de consuelo. “Teníamos buen ritmo, pero el error vino inducido por algo del coche. Después bloqueé la trasera por aplicar demasiada presión al freno”, relató. Una versión más tranquila y optimista a la del viernes, que era dramática y llena de problemas. Aunque el balance es más que negativo.
Hamilton, en el coche.
Mejor le fue a Charles Leclerc. Fue 4º, demostró sus manos al lanzar el coche a Lando Norris en el inicio y se quedó… en tierra de nadie. El resumen, en rasgos generales, de todo el curso. “Solo decidme el momento de la última vuelta”, pidió, desesperado, por la radio. No pudo hacer más que maximizar el rendimiento del SF-25. Que da para lo que da.