Un documento de 14 páginas resumió todo lo hablado y experimentado durante los seis días, del 10 al 16 de junio, que duró el Foro Social Panamazónico (Fospa Bolivia 2024), realizado en los municipios de San Buenaventura y Rurrenabaque, gracias a las gestiones de un conjunto de ONG y organizaciones indígenas.
Luego de mesas de trabajo de cuatro ejes temáticos, que iban desde extractivismo hasta territorios, Madre Tierra, Ecoturismo y Mujeres, una gran asamblea con indígenas de los nueve países de la cuenca amazónica consolidó todo lo hablado y lo expuso a mediodía de este sábado.
Entre muchos puntos, los pueblos indígenas exigen eliminar barreras burocráticas y legales que limitan su consolidación como gobiernos autónomos y que debilitan su capacidad de acción.
Exigen una normativa de gestión pública exclusiva para las autonomías indígenas.
Demandan la protección de pueblos indígenas en aislamiento.
Exigen a las autoridades la socialización del Acuerdo de Escazú, ante las agresiones constantes a los defensores ambientales, así como la paralización de amedrentamiento a estos defensores.
Denuncian que la Amazonia ha llegado a un punto de no retorno por el colapso climático que amenaza la supervivencia y recalcan que urge la restauración de los daños y el cambio de paradigma para un vivir bien.
“Los pueblos necesitamos consolidar pueblos libres de extracción petrolera, minería, deforestación, agronegocio y falsas soluciones”, entre estas los bonos de carbon y otras que mercantilizan q la naturaleza.
También convocan a conformar una Asamblea Permanente de Pueblos Andino Amazónicos para la defensa del agua y de la biodiversidad amazónica.
Pidieron revisar normas que fomentan la deforestación y parar el tráfico de tierras y para eso “hay que eliminar subsidios que favorecen actividades extractivistas”.
Sugieren crear un sello verde para los productos agroecológicos. “Reconocemos a la Amazonía como sujeto de derechos y denunciamos las políticas destructivas sistemáticas de los ríos y de la vida”.
Como alternativa para los extractivismos, llaman al consenso regional para rechazar la minería y otros,y exigieron el cumplimiento de sentencias nacionales e internacionales, como el Convenio de Minamata, contra el mercurio, el Acuyde Escazú, etc.
También rechazan la biotecnología y respaldan el turismo comunitario, como alternativa a las agresiones ambientales.
También alertan sobre la presencia de economías ilegales y criminales, como el narcotráfico.
Por último denuncian la vulneración de los cuerpos de mujeres y niñas indígenas, “nuestro cuerpo es nuestro primer territorio, no toleramos más violencia sexual, los feminicidios ni las desapariciones forzosas. Nuestros cuerpos y territorios no se tocan, no se violan, no se matan”, finalizaron.