El fútbol de ahora exige correr. Es simple. Puedes tener la mejor plantilla del mundo, nombres que intimidan y talento capaz de cambiar partidos, pero si la actitud y la intensidad no acompañan, es imposible sacar nada adelante. Esta es la sensación que recorre Valdebebas estos días, un pensamiento compartido y casi confesado: “Este es el camino a seguir, no queda otra”, aseguran desde dentro. Porque se ha trazado una línea clara. Se acabó la actitud a la carta, ese correr cuando apetece que, casualmente, suele llegar solo ante grandes rivales y en escenarios de máxima exposición. “Es algo nuestro y no del míster”, admiten sin rodeos.
El vestuario entiende lo que transmite el míster y estamos con él al cien por cien
Asencio
La transformación fue evidente, aunque la mejoría no alcanzara para firmar una victoria. El equipo remó como no lo había hecho en toda la temporada, con una energía distinta, pero también con el peso de un estado anímico frágil. La derrota ante el Manchester City, dura pero también reveladora, sigue marcando mucho más de lo que se reconoce públicamente. Aun así, varios jugadores dieron un paso al frente. Salieron a defender al entrenador, igual que lo hizo Tchouaméni en la previa, intentando cerrar la herida y apagar el ruido que rodea al vestuario. Una tregua necesaria para volver a respirar… aunque nadie sabe cuánto durará la calma.
La plantilla reconoce sus errores y baja al barro
Courtois, siempre directo desde su atalaya, lo expresó sin filtros: “Es normal que se hable cuando tienes una mala racha, pero hoy hemos demostrado que no somos un equipo muerto. La imagen fue distinta a la del sábado, cuando es cierto que empezamos a presionar en el minuto 60 tras la expulsión”. Asencio reforzó el mensaje del belga y la protección hacia Xabi Alonso: “El vestuario entiende lo que transmite el míster y estamos con él al cien por cien. Lo que podemos hacer los jugadores es cambiar la actitud, que es lo más importante. La gente quiere ver un cambio, y hoy se ha visto”. Con el apoyo al técnico tolosarra ya más que verbalizado, la plantilla se señaló a sí misma por primera vez.
Courtois: “Hemos demostrado que no somos un equipo muerto”
La primera prueba de ese compromiso llegó tras el último tropiezo previo a la Champions. El equipo mostró una versión completamente distinta, más reconocible, y que debe convertirse en el primer paso de un camino que promete ser largo y lleno de retos. Rodrygo lo resumió con sinceridad: “Salimos muy frustrados porque la primera parte estuvo muy bien. Queríamos empezar fuertes y lo logramos”.
Algo se ha movido dentro del vestuario. Han decidido cerrar filas y, sobre todo, asumir su responsabilidad. Y lo repiten sin titubeos, como un compromiso interno que ahora toca demostrar: “Estamos a muerte con el entrenador”. Por eso, cuando llegó el pitido final, la imagen fue casi silenciosa. La plantilla, dolida, mirando al tendido sin terminar de comprender cómo tanto esfuerzo volvió a quedarse corto. Había frustración, sí, pero también que la línea es la correcta.
