El fútbol es cruel. A veces, despiadadamente injusto. En este deporte no basta con hacerlo casi todo bien; basta con fallar una vez para que todo se desmorone. Y si no que se lo digan a Raúl Asencio, que ha visto como dos faltas evitables han convertido su sueño una auténtica pesadilla mundialista. Un penalti frente al Al Hilal y una expulsión en el minuto 7 frente a Pachuca parecieron echar por tierra todo lo construido en más de 8 meses en la élite del fútbol.
Es también un deporte oportunista. La gloria es para el que sabe esperar, para el que está en el lugar indicado cuando otros dudan. “No está siendo el inicio de competición deseado pero no tengo dudas de darle la vuelta a la situación. Es hora de trabajar aún más si cabe para seguir creciendo. Gracias a todos por vuestros mensajes”, confesó el central español, que no dudó en acudir a sus redes sociales para apagar un ruido exterior que le ha golpeado con fuerza. Y es que el chaval, al que le han dicho de todo en las redes, sabe que solo el tiempo y la experiencia le darán esa buena toma de decisiones que le están faltando en momentos decisivos. Y hasta que eso ocurra, no le queda otra que seguir trabajando.
Pero esa misma crueldad es también su magia. Porque si el fútbol fuera justo, sería predecible. Ahora Raúl tiene la oportunidad perfecta para demostrar su personalidad, una que le tiene que ayudar a salir del túnel. Y es que camino del vestuario en el descanso, Courtois fue abordado por las teles y sin poder contener su enfado fue sincero con su compañero: “Van dos partidos y dos veces el mismo error; debemos ser un poco más inteligentes”. No era un dardo, sino un mensaje sincero del que sabe de lo que es capaz de hacer. Porque lo ha visto desde el primer día que Ancelotti decidió subirle al primer equipo blanco. Así las cosas, fue el portero belga, uno de los capitanes del Madrid, el primero en reaccionar a sus post en sus redes con cuatro corazones blancos.