Las fronteras se desdibujan en las aulas de Unifranz. Lo que en el mapa parecen líneas divisorias, dentro de la universidad se convierten en puentes que conectan culturas, saberes y sueños. En los pasillos, es común oír diferentes acentos e idiomas. Estudiantes que cruzaron montañas, ríos y océanos para construir un futuro en Bolivia, y que más allá de asistir a clases, comparten sueños, culturas y vida.
“Tu mundo se expande y aprendes a mirar la vida desde nuevas perspectivas”, reflexiona Laura Angélica Ortiz Peña, estudiante de Psicología de la Universidad de Investigación y Desarrollo (UDI) de Colombia, que llegó a La Paz gracias a un programa de intercambio con la Universidad Franz Tamayo, Unifranz. Para ella, su experiencia en Bolivia no solo ha sido académica, sino profundamente personal. Un proceso de transformación que va desde aprender a adaptarse hasta abrazar la diversidad cultural como una riqueza.
Esa diversidad no es casual. Según datos de Unifranz, el 25% de sus estudiantes en las cuatro sedes del país provienen del extranjero, principalmente de Perú, Brasil, Chile, Colombia y Argentina. Este creciente interés por estudiar en Bolivia responde no solo a la calidad educativa, sino también al enfoque práctico, la tecnología de punta en las aulas y el acompañamiento humano que brinda esta casa de estudios.
Cada historia internacional en Unifranz es una narración de desafíos, aprendizajes y crecimiento. Janaisa D. Barbosa, oriunda del estado de Minas Gerais en Brasil, dejó su país para formarse como médica en Unifranz de Cochabamba.
“Desde el principio, recibí apoyo. Mis profesores y la coordinación de Medicina comprendieron mi situación y me brindaron el respaldo necesario para no rendirme”, recuerda con emoción. Actualmente cursa su internado rotatorio en la Clínica Los Ángeles y está a punto de convertirse en médica cirujana.
La historia de Janaisa no es aislada. Como ella, decenas de jóvenes internacionales encuentran en Unifranz una combinación ideal entre teoría, práctica clínica y una comunidad académica acogedora. En su caso, el idioma fue un reto inicial, pero la calidez del entorno boliviano la ayudó a superar las barreras.
“Fue una experiencia intensa, exigente, pero muy enriquecedora”, afirma. No solo se lleva conocimientos clínicos, sino también una renovada confianza en sí misma y amistades duraderas.
Desde el sur del Perú, Kevin Smith y Frank Quispe Justo integraron una delegación de 42 personas que visitó la sede de Unifranz El Alto. Participaron en talleres de reanimación cardiopulmonar, ecografía y simulación clínica avanzada. Ambos quedaron sorprendidos por el nivel de organización, el equipamiento y la preparación de los docentes. “Muy increíble e impresionante”, dijo Kevin, mientras que Frank agregó que “el equipamiento es mejor que las universidades nacionales de Perú”.
Lo que más impactó a los estudiantes peruanos fue el realismo con el que se ejecutan las prácticas. Equipos de simulación avanzada, como el “super humano” —un robot que recrea patologías humanas complejas— les permitió vivir experiencias médicas reales en entornos controlados.
“Nos llevamos mucho más que técnicas médicas; conocimos una cultura que nos recibió con los brazos abiertos”, comentaron ambos al concluir su visita.
Un modelo educativo que acoge sin fronteras
Unifranz ha construido un ecosistema académico que no solo atrae talento internacional, sino que lo acoge, lo integra y lo potencia. Su modelo educativo innovador, centrado en el “aprender haciendo”, brinda a los estudiantes la posibilidad de experimentar desde el primer semestre los entornos reales de su futura profesión. En áreas como Medicina, Odontología o Bioquímica, el acceso a simuladores de última generación y escenarios clínicos reales marca la diferencia.
“La internacionalización es parte del ADN de Unifranz”, explica Luz Maribel Plaza Aranda, coordinadora de Admisiones Internacionales. Señala que la universidad recibe cada vez más estudiantes de países vecinos gracias a su acreditación en el Mercosur, su oferta académica flexible y la infraestructura moderna. “Los estudiantes no solo encuentran calidad académica, sino una experiencia transformadora”, asegura.
Pero la movilidad física es solo una parte. Unifranz también promueve estrategias de internacionalización en casa, como clases espejo, aulas COIL (Collaborative Online International Learning) y master classes con expertos de todo el mundo. Estas herramientas permiten que incluso estudiantes que no pueden viajar accedan a experiencias internacionales significativas.
“Tener un perfil académico sólido es importante, pero contar con una experiencia internacional suma aún más”, afirma María Fernanda Ollé, coordinadora nacional de Movilidad Estudiantil.
Este enfoque transversal no solo beneficia al alumnado, sino también al cuerpo docente, generando un ambiente académico con perspectiva global y apertura cultural. Así, la internacionalización deja de ser un objetivo y se convierte en una experiencia cotidiana.
Un ejemplo de esto es la reciente visita de estudiantes y padres peruanos a la sede de La Paz. “Hemos vivido una experiencia maravillosa. Nos enseñaron cómo reanimar a un paciente y escuchar los latidos del corazón. También nos mostraron cómo se realiza una ecografía. Nunca había visto de cerca nuestros órganos, pero esta vez tuve la oportunidad”, compartió Janet Ortega Lupaka, madre de un estudiante peruano de la carrera de Medicina.
Hoy, más que nunca, las aulas de Unifranz son un reflejo del mundo que viene: diverso, interconectado, desafiante. Y en ese mundo, la educación no solo forma profesionales, sino seres humanos con mirada global.
“Internacionalizarse no solo es estudiar en otro país, es vivirlo, sentirlo y dejarse transformar por él”, resume Ortíz.
Unifranz entiende la internacionalización como un proceso integral y estratégico orientado a la formación de ciudadanos globales, capaces de desenvolverse en entornos multiculturales y cambiantes. A través de programas como Internacionalízate, la universidad promueve experiencias académicas, culturales y profesionales tanto presenciales como virtuales, que permiten a los estudiantes ampliar su visión del mundo y desarrollar competencias clave como el liderazgo, la adaptabilidad y el pensamiento crítico.
Este enfoque trasciende la movilidad internacional para consolidarse como una plataforma de transformación personal y profesional. La internacionalización se integra al modelo educativo de Unifranz como un medio para potenciar el propósito de vida de sus estudiantes y prepararlos para responder a los desafíos de un mundo interconectado, enfatizando la construcción de redes, el aprendizaje colaborativo y el compromiso con realidades globales.