Una fuerte disputa marcó la sesión de rendición de cuentas del Concejo Municipal de Santa Cruz de la Sierra. La sesión comenzó con un enfrentamiento entre la presidenta del legislativo, Silvana Mucarzel, y las concejalas Gabriela Garzón (UCS) y Rosario Callejas (MAS), quienes exigían que el acto se realizara con puertas abiertas.
Mucarzel argumentó que la medida respondía a razones de seguridad, ya que denunció que el Ejecutivo Municipal había enviado un grupo numeroso de funcionarios para presionar a los concejales. Garzón protestó con un megáfono y luego salió al patio del Concejo, donde se reunió con vecinos y dirigentes molestos por no poder ingresar.
Protestas en el interior del Concejo
Durante la sesión, la concejala Garzón tomó la palabra y pidió que se permitiera el ingreso del público. “Las rendiciones de cuentas son públicas, no pueden hacerse a puertas cerradas”, reclamó Garzón.
Mucarzel respondió que la sesión se estaba transmitiendo en vivo y que no se escondería nada, pero insistió en que el cierre de puertas era por seguridad. “El alcalde ha mandado a su gente para amedrentarnos”, aseguró la presidenta del Concejo.
Callejas también exigió que se permitiera el ingreso del público y cuestionó la restricción. “No podemos escoger quién entra y quién no. Esto no es la casa de los concejales, es la casa del pueblo”, reclamó.
Ante la negativa, Garzón interrumpió la sesión gritando y exigiendo la apertura de puertas. Incluso trajo un megáfono para hacerse escuchar, pero fue ignorada por el resto de los concejales.
Protestas en el exterior
Afuera del Concejo, vecinos y dirigentes de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve), liderados por Orlando Peña, protestaban porque no los dejaron entrar.
“Les pagamos con nuestros impuestos y nos discriminan”, dijo Peña, mientras la multitud gritaba “¡Fuera concejales!” y presionaba contra la reja del Concejo.
Desde la bancada de Comunidad Autonómica (C-A), a través de su grupo de prensa, denunciaron que el alcalde Jhonny Fernández habría enviado a 2.000 funcionarios para boicotear la rendición de cuentas.