Estudiante crea prótesis de mano con IA: una solución accesible para quienes más la necesitan


El acceso a prótesis de mano funcionales sigue siendo una barrera significativa para miles de personas con discapacidad física, especialmente en países como Bolivia, donde los costos pueden ser prohibitivos. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 30 millones de personas en el mundo necesitan una prótesis o un dispositivo ortopédico, pero apenas una de cada diez logra obtenerlo. En este contexto, surgen iniciativas académicas con un alto impacto social.

“Vimos que las prótesis, ya sean estéticas o electrónicas, tenían precios muy elevados, el aprendizaje de uso era complejo y necesitaban mucho mantenimiento. Entonces, pensamos en una alternativa intuitiva, económica y fácil de usar”, relata Ronald Choque, estudiante de Ingeniería de Sistemas en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, quien desarrolló una prótesis controlada por inteligencia artificial.

El proyecto nació en 2023 con un prototipo inicial: una mano biónica conectada a un guante sensorial. Esta primera versión imitaba los movimientos de una mano humana gracias a sensores caseros fabricados con grafito, aluminio y papel, y un sistema de control compuesto por componentes como sensores flex y servomotores. El diseño, sin embargo, implicaba muchos cables, requería dispositivos que debían colocarse en diferentes partes del cuerpo, y presentaba limitaciones en cuanto a estética y funcionalidad.

Impulsado por la experiencia obtenida en la mención de Inteligencia Artificial que cursa en su carrera, Ronald presentó recientemente una segunda versión de su prótesis. En esta actualización, el componente clave es un modelo de IA que replica los movimientos de una mano anatómica captada a través de la cámara de un celular. Esta imagen es procesada por el modelo de IA y enviada por Bluetooth a la prótesis, que ejecuta los movimientos correspondientes.

Esta innovación elimina la necesidad de sensores físicos y cableado, mejora la estética, y ofrece una experiencia de uso mucho más cómoda e intuitiva para el usuario. Además, al aprovechar un dispositivo cotidiano como el teléfono móvil, se democratiza el acceso a esta tecnología, haciendo que su uso sea más natural y su curva de aprendizaje mínima.

Ronald reconoce el valor de esta metodología en su crecimiento profesional. “La mención de IA aclaró las tecnologías que debía implementar, el Proyecto Integrador exigió investigación rigurosa, y las Jornadas de Investigación Unifranz validaron mi propuesta con profesionales”, destaca. Más allá de lo técnico, la experiencia le permitió cultivar habilidades blandas como la empatía, la resiliencia y el trabajo colaborativo.

Fomento a la mentalidad innovadora y solidaria

El impacto social de esta prótesis es significativo. En Bolivia, según el Comité Nacional de Personas con Discapacidad (CONALPEDIS), hay al menos 36.100 personas con discapacidad físico-motora, muchas de las cuales no cuentan con los recursos económicos necesarios para adquirir una prótesis. 

En el mercado nacional, estos dispositivos pueden costar entre mil bolivianos (Bs) y mil dólares estadounidenses, dependiendo de su nivel de personalización y funcionalidad. En cambio, la propuesta de Ronald tiene un costo estimado de entre Bs 1.500 y 1.700, haciendo de su desarrollo una alternativa viable y económicamente accesible.

“Estos proyectos fomentan una mentalidad innovadora y solidaria, vinculando teoría con práctica para resolver problemas reales. Desarrollamos empatía y responsabilidad, demostrando que la tecnología puede mejorar vidas”, señala el estudiante, quien ahora gestiona alianzas con instituciones y expertos para perfeccionar el diseño, registrar legalmente la prótesis y facilitar su distribución entre personas que la necesitan.

Los materiales empleados en la nueva versión son una combinación de impresión 3D, piezas electrónicas mínimas y software de visión por computadora. Gracias a la IA, la prótesis logra replicar de forma precisa los movimientos naturales de una mano humana observados a través de una cámara. Esto convierte al celular en una herramienta accesible para el control, reduciendo la dependencia de componentes costosos y especializados, lo cual abarata aún más los costos de producción.

Solución real con impacto social

La iniciativa forma parte de los Proyectos Integradores de Unifranz, espacios académicos diseñados para que los estudiantes puedan aplicar conocimientos de distintas materias en soluciones reales con impacto social. 

Este enfoque está enmarcado dentro del modelo educativo de la universidad, que fomenta el desarrollo profesional mediante el principio del “aprender haciendo”, permitiendo a los estudiantes abordar problemas concretos desde la teoría y la práctica.

Este avance no solo tiene el potencial de transformar la calidad de vida de quienes han perdido una extremidad, sino que también plantea una nueva forma de pensar la educación tecnológica en Bolivia: una que no se limita al aula, sino que se proyecta al entorno social. 

Unifranz, a través de su modelo educativo, impulsa este tipo de proyectos que combinan innovación, tecnología y compromiso social, fortaleciendo el rol de los futuros profesionales como agentes de cambio.

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