La llegada de una figura de la ingeniería debía conllevar cambios y Adrian Newey parece que está reorganizando de forma profunda el organigrama de Aston Martin F1. Su puesto es el de consultor ejecutivo, socio y accionista, es decir, todos los pilares para ejercer un liderazgo sólido a partir de su aterrizaje.
La salida de Dan Fallows, confirmada el 12 de diciembre pasado, de su puesto de director técnico (se dice que le han mandado a los coches de calle de Aston Martin) era el anticipo, la primera de las medidas de Newey. No puede trabajar como ingeniero hasta primeros de marzo, por el famoso ‘gardening’ (periodo de barbecho obligatorio para los ingenieros), pero sí ejerce ya como jefe máximo de la F1 en Silverstone.
Y Mike Krack, que pasa de team principal (jefe máximo en el circuito) a jefe de operaciones en pista, era consciente de que, “como en cualquier otro deporte, cuando los resultados no llegan se hacen cambios y la F1 no es distinta”, decía anticipando que él podía ser uno de esos cambios en 2025.
Krack no eludía sus responsabilidad y aceptaba las crítica por los pobres resultados el año pasado: “Creo que tienen razón. No hemos cumplido con nuestras ambiciones o expectativas. Cuando comienzas a hacer un zoom a las temporadas, ves que no logramos todos los objetivos que queríamos. Queríamos acercarnos a nuestros competidores y, no lo hemos hecho, si somos honestos, es algo que tenemos que respetar. Tenemos que ser honestos con nosotros mismos. La Fórmula 1 se trata de rendimiento”, asumía en una entrevista en diciembre en ‘Crash.net’.
“Ha habido muchas áreas en nuestro equipo que han mejorado enormemente: la velocidad a la que entregamos las actualizaciones, la calidad de las piezas, las paradas en boxes, las operaciones en el garaje, la estrategia de carrera… todo ha mejorado sustancialmente… Pero todo es simplemente secundario al rendimiento del coche, y eso es algo en lo que realmente tenemos que hacer algo”, aceptaba en dicha entrevista. Era el anticipo de que ya sabía lo que llegaba.
Nuevos puestos clave
La llegada de Andy Cowell (nuevo team principal) en verano, la de Enrico Cardile un poco más tarde (era el jefe de chasis de Ferrari y aquí será el coordinador técnico) y la de Newey como clave de bóveda del nuevo proyecto, dejaban claro que iban a cambiar muchas cosas. El ex de Red Bull llega con gente propia, ingenieros de confianza para controlar en los puestos intermedios y darle a la nueva fábrica de Silverstone y al nuevo túnel, que estará funcionando en marzo o abril, el sello personal que siempre le ha dado éxitos.
Partir con dos coches buenos, como el de 2023 y algo menos el de 2024 y ir perdiendo terreno con el resto de coches de la parrilla no es asumible, cuando el fuerte de Newey siempre han sido las evoluciones casi específicas para cada circuito, además de los grandes paquetes, unos dos al año. Desde su salida, Red Bull parece haber perdido esa virtud, que puede que pase directamente a Aston Martin en unos pocos meses, aunque en F1, los cortos plazos son de al menos dos años para ver resultados tangibles..