El Chimy sale del ostracismo


El Chimy Ávila ha vivido en las últimas semanas un momento complicado en el Betis. Participó en algunos de los primeros partidos oficiales de su equipo esta temporada, cuando la plantilla verdiblanca aún esperaba algunos refuerzos, pero desde que el mercado de fichajes echó el cierre, el argentino no había vuelto a tener ni un solo minuto. Anoche, por fin, jugando de inicio y completando el encuentro en su totalidad, salió del ostracismo en el duelo de la segunda jornada de la fase de liga de la Europa League ante el Ludogorets.

Después de una temporada y media en el club sin alcanzar las expectativas que había puestas en él, con sólo seis titularidades en LaLiga y lastrado por tres lesiones importantes (dos musculares y una de rodilla), el Betis decidió aceptar el pasado mes de agosto una oferta de Pumas de México para su traspaso. Pero el futbolista, después de varios días de negociaciones y con otras propuestas de ligas exóticas sobre la mesa que finalmente tampoco contempló, decidió declinar el ofrecimiento y quedarse en Sevilla.

Desde entonces, no había vuelto a participar. Una situación que coincidió también en el tiempo con el regreso de Antony, titular indiscutible en la banda derecha, la recuperación de Abde, que compite con Riquelme por un puesto en el otro perfil, o la irrupción de Pablo García, ganándole también la partida en las preferencias de Pellegrini a la hora de llevar a cabo rotaciones. Así, el Chimy se había convertido en el único jugador de la plantilla, junto a Adrián, tercer portero, e Isco, lesionado, que aún no ha sido titular ni una sola vez esta temporada.

Ayer, por fin, pudo partir de inicio en un partido. Hasta entonces, sólo había aparecido tres veces, siempre desde el banquillo, (jornadas 1, 2 y la 6, adelantada a agosto por la Europa League) con apenas 40 minutos sobre el terreno de juego. Incluso compañeros suyos como Nelson Deossa o Diego Llorente, que venían de una lesión, habían jugado más tiempo que el argentino. Con su titularidad de anoche les supera, aunque más allá del deseo de Pellegrini de tener comprometido a todo el grupo, si no hay lesiones de por medio no parece que su situación vaya a cambiar demasiado salvo alguna participación puntual de aquí a enero cuando vuelva a abrirse el mercado.

Un variable pendiente

Cuando el Betis apostó por su fichaje, en enero de 2024, lo hizo desembolsando cuatro millones de euros en concepto de traspaso, cediendo un 10% más de los derechos económicos de Raúl García de Haro a Osasuna y aceptando unas variables de 0,7 millones de euros en función de los partidos jugados por el argentino, independientemente de los minutos que tuviera en cada uno de ellos. Unas cantidades que aún pueden tener incidencia en el coste total de la operación.

El club andaluz se comprometió a pagar 350.000 euros cuando el Chimy alcanzara sus primeros 22 partidos con la elástica de las Trece Barras y otros 350.000 más cuando llegara a 44 encuentros. El contador del argentino, con su participación de anoche, llega ya a 42. Es decir, si participa en dos partidos más, el club tendrá que pagar esa segunda parte de las variables por objetivos, un detalle que no parece que vaya a afectar a las decisiones de Pellegrini, quien dentro de su plan de rotaciones, tal vez siga dándole minutos al argentino en las próximas salidas de la Europa League o en el arranque de la Copa.



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